INSIGHT

MERCEDES DUTTO

“Lo bello es el comienzo de lo terrible que todavía podemos soportar."
Rainer María Rilke

Mercedes Dutto deja los rastros de un viaje hacia la interioridad a través de esta selección de obras que reúne bajo el elocuente título: “Insight”. Comparte una visión interior, una verdad que surge súbitamente. El término inglés insight significa “ver dentro” y se suele traducir con cierta ambigüedad como intuición o iluminación. Sugiere una vía de comprensión que se presenta de forma repentina e inesperada (y no como la consecuencia de un pensamiento lógico), un aprendizaje intuitivo, unasuerte de comprensión inmediata que parece escapar a toda norma, abolir el pensamiento discursivo y eliminar cualquier mediación conceptual.

Invitados a transitar como por el borde de una cornisa nos asomamos al universo de Mercedes, un cosmos plástico y visual que tiñe de colores pálidos la experiencia desolada de una catástrofe. La artista recuerda un momento bisagra en la ciudad en la que vive y trabaja, Comodoro Rivadavia: en el año 2017 tormentas ingobernables produjeron impresionantes inundaciones que devastaron (literalmente) la ciudad. Experiencias límite como éstas exponen la existencia humana ante su fragilidad y vulnerabilidad. Pero no como algo teórico y conceptual -aclara la artista- sino “de manera muy real y concreta, abriendo la experiencia brutal y repentina del desamparo, la precariedad, el enorme silencio. El tiempo parece detenerse. Se abre en otra dimensión: desfasados del resto del mundo y de todo lo que habitualmente sucede. Es como entrar en un pozo, en otro tiempo.” Días sin electricidad, sin comunicación, incluso sin comida. Estas pinturas nacen de ese tiempo: de la visión de un orden misterioso que irrumpe en el pulso cotidiano y lo quiebra. Como una llamada de lo monstruoso que habita en algún lugar, que subyace escondido en algún lado de este mundo. Una otra cosa, lo ajeno, lo antagónico a la intimidad y a las formas habituales de conocimiento. Y entonces, la certeza del terror: los miedos y lo oculto que crece. Esos terrores primitivos que filtran la infancia e irrumpen en territorios ignotos. Las obras de Dutto nos hablan de esta alteridad cósmica que irrumpe súbitamente. Desde afuera hacia adentro, desde adentro hacia afuera. Sus obras nos obligan a mirar de nuevo. Reflejan el desamparo, la extrañeza, una desolación habitada. Crean atmósferas inquietantes que rodean a seres conectados con una hostilidad de la cual -casi- no se distinguen.

Estas pinturas son inconformes a toda lógica, sin embargo, habilitan una suerte de clarividencia onírica. Parecen recordar la noción de “extrañeza inquietante” (en alemán unheimlich), que el filósofo alemán Friedrich Schelling define como “lo que debía haber quedado oculto, secreto, pero que se ha manifestado” (y que Freud desarrolla, luego, en su famosa obra de 1919). Ese algo que se manifiesta muestra el otro rostro de lo familiar, de lo amable, volviendo esas vivencias sorpresivas, inquietantes, sobrecogedoras, siniestras. Se produce un juego dialéctico de lo familiar y de lo extraño, de lo escondido y de lo manifiesto. Lo que antes era familiar emerge en un aspecto amenazante y peligroso que refiere a algo conocido que ha estado en las sombras.

Las obras de esta muestra evocan el vínculo entre lo oculto, lo fantástico, lo familiar y su reverso. Nos guían hacia la fuente de temores y deseos (interconectados) que nos constituyen como sujetos y que sólo emergen frente a la experiencia del vacío, del límite. Nos ayudan a reflexionar sobre la relación del artista con el lugar que habita.

La fuerza de esta serie, que incluye un video de toma directa, es que todo está sugerido, en ningún caso se hace patente en su crudeza. Lo visual, lo gestual, la paleta utilizada por la artista sugieren y transforman la experiencia de la catástrofe en formas vivas. Expresa, sugiere y revela como real algo que se revelará ficción velada. El arte transforma y transfigura esas realidades secretas y temidas de la interioridad: les da una forma, una figura, un color. Estamos invitados a asomarnos y comprender. Desde las tormentas del mundo exterior al abismo insondable de la propia intimidad.



Verónica Parselis

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